El capitán Smith era casi perfecto y su defecto era ese mismo, porque el casi le había hecho perder a las mujeres que más quería. La primera, su mujer, a la que supo recuperar y casarse con ella. La segunda, la tercera y la cuarta son sus hijas, viviendo con su madre, tras el divorcio de ambos. La quinta, su propia madre, prefería a las nietas. Esas eran las importantes, porque si contamos las ex-novias consigue doble titulación, y es que no era un experto con las mujeres, pero tampoco hace falta serlo, ellas esperaron, él dejó el tiempo pasar, ellas se fueron y él las dejó marchar, es más, ni siquiera las pidió que volviesen. Puede que sea capitán y que este tratando de demostrar dureza, pero si entregara a su mujer los cientos de cartas que escribió desde que se divoció ella hasta ahora, cada día; si entregara a sus hijas las cajas, con sus fotos, sus dibujos y el peluche de cuando eran pequeñas; si mostrase a su madre la medalla que esta le regaló su primer día en el ejército, esa que lleva colgada al cuello y que jamás se ha quitado; si las enseñara la foto que lleva en el bolsillo del pecho en la batalla; si se lo enseñara, no es un quizás, es un estarían a su lado, porque sí, no es un experto en mujeres, pero antes que capitán es padre, hijo y por supuesto marido, lo único que hizo fue llevarse el trabajo a casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario