Creo que nos han dado un capricho, el capricho de vivir, de saborear nuestra vida, nuestra historia, emociones, días, horas, minutos e incluso segundos, de ser libres, de vivir sin ataduras, de dejar que la brisa endulce nuestra alma. La vida es tan bella como un eterno atardecer.
Por todos aquellos que cada mañana se levantan dispuestos a hacer felicidad, a regalar sonrisas. Por todos aquellos que disfrutan viendo a la gente reír.
Sois mis héroes, os admiro.