Creo que nos han dado un capricho, el capricho de vivir, de saborear nuestra vida, nuestra historia, emociones, días, horas, minutos e incluso segundos, de ser libres, de vivir sin ataduras, de dejar que la brisa endulce nuestra alma.
La vida es tan bella como un eterno atardecer.

lunes, 9 de abril de 2012

La vida es un ring con continuos asaltos.

Guillermo estaba sentado junto a ella, tras una de las puertas de la parte de atrás de la casa, la escuchó llorar y se acercó para estar a su lado. Durante unos minutos ninguno de los dos pronunció palabra, Guillermo varias veces respiraba profundo con intención de hablar, hasta que dijo:

-Llorar nos hace frágiles, pero todos lo somos aunque no llevemos un cartel por fuera en el que ponga "Cuidado, frágil", lo que a veces no estaría mal. Pero,en tu caso, las lágrimas te hacen hermosamente frágil...- la apartó el pelo de la cara mientras ella se limpiaba las lágrimas con la mano, entonces él la dio un pañuelo- sería estúpido preguntarte por qué lloras, porque no tienes por qué contármelo, pero sé que ahora no necesitas un consuelo, no necesitas que alguien te diga que hay cosas peores o que eso no es nada, sé que ahora necesitas a alguien que te comprenda, y creeme, puede que no sepa por qué lloras pero aún así puedo comprenderte.

Ella sonrío levemente, él continuó hablando.

- Recuerdo un pequeño diálogo de una película, de esos diálogos o frases que lees o escuchas y se te graban a fuego, prácticamente imposibles de borrar, prácticamente imposibles de olvidar...creo que era de una película de boxeadores, pero qué es la vida más que un ring con continuos asaltos, y sí, puedes tirar la toalla si lo deseas, pero no creo que rendirte sea lo más apropiado.
No importa lo fuerte que golpees a la vida sino lo fuerte que ella te pueda golpear. Y así es, te golpea fuertemente pero tu avanzas, aguantas mientras avanzas. Así es como se consiguen las cosas, aguantando los golpes, sé que es difícil, pero no dejes que los golpes te arrodillen, no dejes que te hundan, ningún golpe puede contigo, de eso estoy seguro pequeña. Y ten claro que nunca llueve eternamente, mañana todo estará bien, ya verás, te acostarás y al amanecer y abrir los ojos no quedaran marcas de esos golpes, tal vez alguna cicatriz, pero de esas que con el tiempo desaparecen...-paró de hablar y la observó- Ahora tengo la sensación de que he estropeado tu momento a solas.

-Tú nunca podrías estropearme nada Guille.


Que ella hubiese abreviado su nombre le hizo sentir más cercano.

-Prométeme que vas a estar bien, prométemelo.

-Te lo prometo-sollozó-gracias por...gracias por esto.

Él se acercó más a ella, la abrazó y la susurró al oído:

-Tú eres fuerte, y sé que vas a conseguir todo lo que quieras, tu puedes hacerlo, sonará la campana y abras derrotado a tu adversario, pero nunca pierdas esa sonrisa, es preciosa, como tú.

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