Pido por las mujeres más fuertes que he conocido,
para que su sufrimiento se convierta en alegría;
para que los días de sol sean para apreciar sus bellas sonrisas;
para que sus ojos sólo lloren cuando estén secos;
y para que, en las noches de tormenta,
las nubes sean su manto y la lluvia sacie su sed.
Pido por ellas para que la quimio les haga más fuertes ;
para que los abogados no sean tan duros;
para que su camino no sea en vano,
y para que los problemas tengan soluciones más claras.
Pido por ellas para que no les falte el sustento,
ni el calor de los abrazos;
para que se despierten con amaneceres preciosos,
para que haya un rayo de sol en cada uno de sus días.
Para que las estrellas cumplan sus sueños,
para que no se pierdan;
para que sanen sus heridas;
para que el tiempo sea su guardaespaldas
y también el silencio les proteja.
Pido por las mujeres más fuertes que he conocido,
para que les acompañe la suerte
y para que sepan que mi hombro sigue siendo su almohada.
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