Creo que nos han dado un capricho, el capricho de vivir, de saborear nuestra vida, nuestra historia, emociones, días, horas, minutos e incluso segundos, de ser libres, de vivir sin ataduras, de dejar que la brisa endulce nuestra alma.
La vida es tan bella como un eterno atardecer.

viernes, 1 de junio de 2012

Pequeña Einstein.

-Tengo una teoría, no es muy buena, puede que si...o tal vez...ni siquiera lo sé...Creo que me estoy enamorando de ti.

-¿Esa es tu teoría?

-Sí, pero creeme que ni Einstein sería capaz de entender lo que siento por ti, no me entiendo ni yo mismo-añadió en un tono más bajo.

-¿Amor? -preguntó ella sin ni siquiera esperar respuesta.

-¿Es así como llaman al hecho de mirar a una persona y que tu respiración se acelere, que la velocidad de tus latidos aumente? ¿Es así como llaman al hecho de exhalar un te quiero cuando pienso en ti, en conocer todos tus tipos de sonrisas, a que me encanten todos tus tipos de miradas, saber al pie de la letra tus gestos y temer acercarme a ti por si esto va a más?

-Es así como lo llaman- respondió ella a la vez que asentía con la cabeza- con una sola palabra, cuatro letras, aunque sea más...mucho más -hizo una pausa y añadió con seguridad- Yo también tengo una teoría, y es que el corazón no nace acostumbrado a los latigazos, y esto, esto -recalcó- no lo hace con el tiempo, lo hace con las personas; pero si no te arriesgas a ese latigazo...a veces...pierdes.

-Buena teoría pequeña Einstein, creo que me voy a arriesgar.


1 comentario:

  1. Espero que esa pequeña Einstein no se comporte como su álter ego, y que tan sólo se asemeje en él en inteligencia.

    Lo digo porque en varias biografías publicadas sobre él se comenta que era una persona inestable, e infiel.

    Saludos.

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