Creo que nos han dado un capricho, el capricho de vivir, de saborear nuestra vida, nuestra historia, emociones, días, horas, minutos e incluso segundos, de ser libres, de vivir sin ataduras, de dejar que la brisa endulce nuestra alma.
La vida es tan bella como un eterno atardecer.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Forget it...

El grupo de amigos había quedado para comer, sin embargo este encuentro para Julia y Daniel iba a resultar incómodo. Se quisieron mucho, pero casi siempre discutían, para unos eran la pareja perfecta, para otros era un relación sin futuro. No se entendían, tenían horarios diferentes y apenas se veían, por ello hacía apenas unos meses que habían dejado su amor atrás para vivir por separado.
Julia entró, él,  ya la estaba esperando, no evitaron la miradas, ambos sonrieron.

-No sabía que me esperabas- dijo Julia abrazándole.
-Te vi a lo lejos.-¿A lo lejos?
-Supongo que no es mala idea que entremos juntos.
-Claro que no.

El camarero les atendió amablemente y antes de ir a la mesa donde estaba todos Daniel la detuvo.

-¿Qué nos pasó?
-Daniel, lo nuestro acabó.
-¿Y ya está?
-No voy a buscar una escusa convincente de por qué todo terminó, porque creo que no hay escusas para que una relación termine, simplemente depende de la personas, dependía de ti y de mí, Daniel. Y yo no podía seguir.
-¿Por qué era algo sin futuro?
-Entonces al menos lo  habría intentado, pero deje de quererte de la misma manera que comencé a hacerlo.
-Y con la misma facilidad.
-Me costó más admitir que ya no te quería que admitir que estaba enamorada de ti.

Permanecieron inmóviles, mirándose.

-¿Pero por qué terminó?- dijo acariciándola.
-Porque- añadió ella apartándole de forma amistosa la mano- porque yo quise que terminara.

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