Creo que nos han dado un capricho, el capricho de vivir, de saborear nuestra vida, nuestra historia, emociones, días, horas, minutos e incluso segundos, de ser libres, de vivir sin ataduras, de dejar que la brisa endulce nuestra alma.
La vida es tan bella como un eterno atardecer.

viernes, 24 de agosto de 2012

La mayoría de las veces, cuando te planteas hacer una cosa, primero lo haces con entusiasmo, luego poco a poco te desanimas y al final, te quedas a medias. Pero el querer algo es como plantar una flor, no crece de la noche a la mañana, primero la plantas, la riegas tanto como cantidad de agua necesite, poco a poco la planta va creciendo hasta que se convierte en flor. Los resultados no vienen de golpe, en el instante, vienen poco a poco, siendo constantes y manteniendo el entusiasmo.

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