Creo que nos han dado un capricho, el capricho de vivir, de saborear nuestra vida, nuestra historia, emociones, días, horas, minutos e incluso segundos, de ser libres, de vivir sin ataduras, de dejar que la brisa endulce nuestra alma.
La vida es tan bella como un eterno atardecer.

sábado, 29 de enero de 2011

Sufrir no sirve para nada.

Nos pueden obligar a llorar, a sentir dolor, a sangrar, pero no nos pueden obligar a sufrir, porque eso, eso es opcional.
Las lágrimas muchas veces muestran sufrimiento, tristeza, dolor...pero a partir de ahora no nos vamos a quedar en el suelo sin levantarnos, porque solo cayendo se aprende, y levantandote se avanza. Porque la próxima vez que una lágrima resbale por nuestras mejillas no va ser por dolor, va a ser de alegría, reírnos de la vida. No ponernos guapos para alguien sino para nosotros mismos, para vernos bien. Ver nuestra sonrisa reflejada en un espejo, o en los ojos de alguien a quien queremos, y por qué no, en las miradas de aquellas pesonas a las que no conocemos.
Porque sonreír es un capricho que te puedes tomar, en cambio, sufrir, no sirve para nada.


-No hay nada imposible, porque los sueños de ayer son las esperanzas de hoy y pueden convertirse en realidad mañana.

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